Con una cuidadosa curaduría y una puesta en escena que este año apuesta por el romanticismo francés, abrió sus puertas durante cuatro días la feria de diseño Buró, que llega este año a su segunda edición.

BURO se ha convertido en el centro del deseo para los amantes que buscan piezas únicas en ropa, joyas, zapatos, adornos, cosméticos, cuadros, muebles, utensilios domésticos, chocolates, quesos, viandas y muchos otros artículos diseñados por jóvenes profesionales que le apuntan a sus propias marcas y pasaron la curaduría durante este año de convocatoria.

En el Claustro de Usaquén ubicado al frente de la plaza principal iluminada al estilo francés, se encuentra BURO con identidad colombiana desde el momento de su ingreso. Los visitantes van descubriendo en cada uno de sus cinco ejes lo que les gustaría comprar para navidad y para el nuevo año de acuerdo con sus ingresos.

Algunos diseñadores regionales traen propuestas muy creativas como Manuela Echeverri de 24 años, artista plástica, retratista y diseñadora de modas de Pereira. Sus colecciones de bolsos, carteras, cuadros, cojines y tapetes, personalizadas utilizando acrílicos sobre lienzo, están inspiradas a partir de las culturas orientales y las interviene con muchos materiales de la tierra, piedras semipreciosas, cuerina, cristales de murano y roca triturada.

Los quesos de El Artesano fueron traídos de Villanueva una finca a media hora de Villavicencio, donde la altura de la región permite otras texturas para hacer quesos como el Siete Cueros de gran acogida entre los visitantes a la feria.

PRIZMMA de Bucaramanga una marca que crea, confecciona y comercializa prendas femeninas con tecnologías CAD, CAM y 3D. Bustieres y faldas que hoy las lucen personajes como Laura Tobón y Carolina Guerra según lo manifiestan sus dueños Marcela Quiñonez y Alexander Mantilla.

Mónica Ramírez, escultora y pintora de Medellín llegó a la feria con sus Argonautas que son los viajeros del tiempo, hechos con resinas, bronce y madera, rellenos de cuarzo traen un mensaje inspirado en la pasión para recordar nuestras raíces y devolvernos la sonrisa, así como las musas que sirven para renovar las energías. Cada una de éstas trae su propia leyenda que cautivan los sueños de aquellos que creen en que existen otras vidas mucho más mágicas.

Roja joyería experimental, es otra marca procedente de Medellín. Sus obras basadas en los cuentos de Gabriel García Márquez, para aquellos compradores que buscan identidad cultural. Son piezas exclusivas hechas en plata y granate.

Viva La Vida de la diseñadora caleña Ana Cuevas llega con la última colección especializada en Bottoms, shorts, bermudas y pantalones para hombre y mujer que llaman poderosamente la atención por el concepto mediterráneo.

La diseñadora Natalia Botero de Medellín con su marca EntreAguas, obras de arte para mujeres multiculturales que llevan un estilo de vida viajero, les gusta experimentar con prendas, texturas y tejidos exóticos aunque de gran equilibrio en entre cuerpo, mente y espíritu. La propietaria de la marca se  inspira en el arte, la música, en el poder las piedras, la naturaleza, la mente y el cosmos como energía y fuente vital para un nuevo estilo de vida.

Nanook Smildiger de Barranquilla, llega con su marca Zoe para gozar el mar, la playa y los climas cálidos.

Olga Copete viene de Cali con su marca French Vainilla inspirada en las femmes fatales francesas, sensuales que recorren las calles románticas de Paris. Según esta empresaria busca impulsar el uso de la ropa interior no solo como una prenda, sino como una experiencia y un arte que exalte la sensualidad y la elegancia de la mujer. Trabaja solo materiales nacionales con mucho encaje.

La Intangible son lociones para el alma traídas de Medellín, para reavivar la memoria, las emociones, los recuerdos y las tradiciones. Su dueña trata de rescatar recetas, creencias, historias, costumbres, imágenes y lo invisible de lo ancestral en el territorio colombiano. Su exhibición en BURO es como una gran tienda de curiosidades en donde se exalta el gusto, el tacto, la vista, el alma y la imaginación.

Las gafas Sierra de María Isabel Llano y Lina Quirós diseñadoras procedentes de Cali, están fabricadas completamente a mano con maderas finas y exóticas grabadas para darles un toque único, con lentes filtro uv 400, de muchas combinaciones de colores. No son series, por eso al adquirirlas el usuario sabe que son únicas.

Manuela Peralta con su pan Astral venido de Villa de Leyva, con sabores del campo únicos, trabajados en hornos de ancestro, es volver a los días del chocolate a media tarde y el olor a jardín.

Y así, en varios salones vestidos al estilo romance en un jardín francés, los visitantes encontrarán piezas únicas porque, según María Alejandra Silva la creadora y dueña de BURO, «encontramos un gran potencial en estos nuevos integrantes acompañado del trabajo experimental de nuevas propuestas y por eso la necesidad de agrandar los espacios para que se potencialice la personalidad del diseño joven».

Y por último un diseñador de los cien bogotanos que están en BURO Se trata de DI CREEM (https://www.facebook.com/DiCreem),  Diseño Latino, trabajan con ilustradores creativos quienes suben sus diseños a la página y los más votados se convierten en productos de la tienda, como camisetas, cuadros,  mugs, cojines, carcazas para celulares y otras piezas de decoración.  Cada producto tiene en su interior, el nombre del diseñador y el nombre del diseño. A cada uno se le paga el 15% de comisión.

La comunidad ha crecido y tienen ilustradores de Argentina, España, México, Costa Rica, Venezuela, Colombia entre otros, incluyendo ya algunos países de Latinoamérica y en algunos lugares de Europa.

Dibujos de gran contenido como los de un samario que luego los digitaliza o las o las formas deformadas de un diseñador de Bucaramanga, forman parte de estas obras que se exhiben en piezas intervenidas para uso personal, decoración o carcazas para celulares.

La novedad de esta propuesta está en que el dueño de la ilustración no pierde sus derechos de autor y su nombre aparece en cualquier pieza donde sea utilizado el diseño.

«Queremos que los diseñadores se dediquen a hacer lo que más les gusta y que nosotros a través de nuestra infraestructura podamos producir y comercializar estos diseños en productos que permitan ser intervenidos a nivel gráfico.  Y por supuesto, los amantes del diseño van a poder comprar y conocer más de los diseñadores» manifiesta Ariel Ladino, uno de sus socios.

No fue fácil la tarea del nuevo reclutamiento de las marcas invitadas. El filtro obligó a muchos diseñadores a replantear lo que los compradores buscan, especialmente en esta época de regalos, navidad, fiestas y cierre de año, donde los obsequios únicos, originales y significativos se están convirtiendo en íconos de la cultura familiar.

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